Codependencia no es amor

Codependencia no es amor

La codependencia se caracteriza por una necesidad afectiva y emocional de rescatar, proteger, controlar y prevenir que el otro pague consecuencias. Este término se empezó a utilizar en la década de los setenta definiendo al codependiente como el compañero o familiar del adicto. La codependencia hace referencia a la tendencia que tienen las personas a involucrarse en los problemas o situaciones de los otros hasta el punto de desgastarse emocional, física y espiritualmente con el propósito que el otro modifique sus patrones de conducta.

El codependiente dentro de su negación tiende a minimizar las situaciones del adicto. Por ende:

  • Reprime sus emociones
  • Tiene dificultad identificando sus necesidades básicas
  • Asume los problemas del otro
  • Se le imposibilita establecer límites claros y firmes
  • Siente un gran miedo al rechazo y al abandono, que termina llevándolo a necesitar al otro más que así mismo.

Al codependiente se le dificulta identificar sus necesidades porque está más enfocado en cubrir las necesidades del otro que en las suyas y termina siendo un aliado inconsciente de la enfermedad del adicto, protegiéndolo a través de la permisividad y la complacencia y evitándole el pago de consecuencias.

Esta relación disfuncional se nutre de ambas vías; el codependiente de tener el foco en el adicto y el adicto de beneficiarse de su aliado. Ambos conviven en un círculo vicioso, haciendo lo mismo pero esperando resultados diferentes, porque así como el adicto está dependiente de su sustancia, el codependiente depende totalmente de la evolución del adicto.

¡Existe una diferencia muy grande entre lo que es amor y codependencia! Muchas veces tendemos a pensar que el amor todo lo puede, aunque estemos viviendo una relación angustiante, dolorosa y llena de sentimientos de culpa. Y es que la codependencia se disfraza de autoconmiseración, haciéndonos pensar que lo que hacemos es por amor, porque es lo que me toca, pero la realidad es que viene disfrazada de control y sobre todo de ese miedo irracional a quedarme solo.

Los síntomas de la codependencia se caracterizan comúnmente por miedo al abandono y al rechazo y sobre todo por ese temor a perder al otro que me lleva a permanecer en el mismo lugar, en el mismo círculo vicioso, esperando que el otro haga por mí lo que me corresponde hacer por mí mismo. Me niego a mirar adentro y modificar mis patrones de conducta; sigo esperando que el otro decida hacer un cambio sin antes entender que el establecer límites de mi parte y hacer un desprendimiento emocional es el mayor acto de amor para mí y para mi acompañante.

Por eso, cuando vamos a tratar el tema de adicción es necesario hacer un trabajo completamente integral; una intervención donde se trabaje a la familia y donde cada uno de los miembros del sistema familiar se haga cargo de su rol y de su realidad. Si identificas que eres una persona codependiente, busca ayuda, ¡Hay solución!

  • El primer paso es romper con el mecanismo de negación; aceptar tu realidad y ver que parte de tu historia estás evitando enfrentar, ya que la negación de nosotros mismos y de nuestra realidad como codependiente, termina siendo un obstáculo para la recuperación de ambos.
  • El segundo paso es aceptar nuestra cuota de responsabilidad, porque nos pasamos la vida esperando que el otro modifique esos patrones de conducta que tanto daño le han hecho al adicto y su entorno.
  • El tercer paso es accionar, hacer las cosas diferentes; iniciar un proceso de recuperación para distanciarme de lo que me angustia, con la firme voluntad de cambiar, para de esta manera vivir el momento presente con honestidad y responsabilidad.

Para más información sobre codependencia: www.coda.org.do

Recomendación de libro: "Ya No Seas Codependiente" de Melody Beattie

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